Alemania, década de los 70: violentos atentados terroristas sacuden los cimientos de la todavía frágil democracia alemana. Los hijos radicalizados de la generación nazi, dirigidos por Andreas Baader (Moritz Bleibtreu), Ulrike Meinhof (Martina Gedeck) y Gudrun Ensslin (Johanna Wokalek) libran una guerra mortal contra lo que consideran el nuevo rostro del fascismo: el imperialismo americano respaldado por el gobierno alemán. Su objetivo es crear una sociedad más humana pero, al emplear medios inhumanos, no sólo provocan terror y muerte, sino que ellos mismos se vuelven inhumanos. El hombre encargado de darles caza, el jefe de la policía alemana Horst Herold (Bruno Ganz), en el fondo los comprende. Y, aunque triunfa en su implacable persecución de los jóvenes terroristas, sabe que no representan más que la punta del iceberg.