En el Atlántico Norte, a bordo del lujoso trasatlántico Poseidón (veinte pisos, trece cubiertas) comienza la fiesta de Nochevieja. Mientras tanto, una gigantesca ola de treinta metros de altura se dirige hacia la nave a gran velocidad. Los intentos para desviar el barco y evitar el choque son inútiles. La ola lo golpea con una fuerza colosal y lo vuelca. Los pasajeros y los miembros de la tripulación caen desde una gran altura y van a parar entre los restos del naufragio o se sumergen en el mar. Tras el espectacular y dramático vuelco, las tuberías de gas quedan rotas y escupen fuego, y la electricidad falla dejando grandes secciones del buque sumergidas en la oscuridad y el caos.