Chae-yoon, un negociador de crisis policial, es llamado a la escena donde su supervisor es tomado como rehén. A través del monitor de la sala de control, se enfrenta a la secuestradora de sangre fría, Tae-gu, cuyos comportamientos son difíciles de interpretar. Contra la fecha límite de 21 horas que Tae-gu ha establecido, Chae-yoon intenta incansablemente descifrar al inusualmente tranquilo perpetrador en múltiples videollamadas. Con el tiempo, la verdad impactante comienza a revelarse.